LA PELEA LA GANÓ ALIANZA LIMA
Columna: Se habla de vóley
Por: Tito Ponte Silvera
No cabe duda que Alianza Lima pegó más fuerte. Pero, de nada serviría pegar más fuerte si no eres certero, preciso y, sobre todo, si tienes la cabeza bien puesta. Esa fue la gran diferencia entre las íntimas y las jugadoras San Marín en la final de la Liga Nacional Superior de Vóley 2024.
A esos elementos técnicos y anímicos hay que sumarle la ausencia de su entrenador, Vinicius Gamino, quien no estuvo en el banco en los dos últimos partidos de la final por un altercado para el olvido que, de algún modo, perjudicó mucho a las ‘Santas’.
El pleito ocurrido al término del primer encuentro de la serie, donde USMP venció en cinco sets a las íntimas, fue un envión para las victorianas y un punto de quiebre mental para las estudiantiles quienes sintieron la ausencia de Vinicius Gamino.
El DT brasileño del plantel universitario entró en una disputa innecesaria con su colega Rafael Petry, hasta el punto de celebrar excesivamente y provocar un pleito bochornoso que terminó en una sanción drástica para ambos.
Eso, muy probablemente, perjudicó a las 'Santas' y fortaleció al plantel victoriano que de ahí en adelante ganó con mucha seguridad y contundencia los dos partidos siguientes.
San Martín, en la primera y segunda etapa venció a las blanquiazules por 3-2. Las ‘Santas’ se mantuvieron invictas y eran las favoritas número uno a obtener el título.
Sin embargo, las victorianas se cobraron venganza, primero, de Regatas, quienes las habían vencido en las última tres finales nacionales y, de ahí, a la hora de la verdad, le dieron una lección de honor a las universitarias.
Después de 31 años, Alianza Lima se proclama campeón nacional. En 1993 lo había hecho en la era Disunvol, con ‘Gaby’ Pérez del Solar y Natalia Málaga como sus estrellas y, ahora, vuelve a hacer historia y rompe una sequía gracias a la MVP, Maeva Orle; la garra y corazón de la capitana Esmeralda Sánchez; el sacrificio y constancia de Aixa Vigil; la fortaleza y talento de Ysabella Sánchez, y la experiencia y equilibrio de Clarivett Yllescas.
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